martes, 31 de diciembre de 2013

La curva imposible

La calidad, fuerza y potencia en su pierna izquierda le caracterizan, Roberto Carlos es uno de los mejores laterales que han existido en el fútbol. El brasileño es puro músculo, a pesar de medir 1'68 metros es todo un portento físico con un disparo fuera de lo común.

El lateral zurdo ha protagonizado goles increíbles, la mayoría de tiro libre; de estos cabe destacar el espectacular lanzamiento con el que dejó perplejo al guardameta francés Fabian Barthez, al conseguir una curva nunca vista antes en un disparo.



A 35 metros de la portería, minuto 21 en el Stade Gerland de Lyon contra la selección francesa en el Torneo de Francia (torneo organizado por Francia para comprobar las instalaciones antes del Mundial del 98), el 3 de junio de 1997. Roberto Carlos marcaría el mejor gol de falta directa de la historia.
Roberto colocó el balón en el suelo y cogió carrerilla, tras coger más de 10 metros de carrerilla comenzó a correr hacia el balón, todos pensaban que le pegaría con el empeine pero no, el ex-madridista golpeó el balón con el exterior de su pie izquierdo y antes de que el portero pudiera hacer algo Roberto Carlos ya estaba celebrando el gol. Lo curioso e increíble del gol no es la velocidad del balón, sino la trayectoria que hace.
Al pegarle con el exterior del pie izquierdo el balón cogió efecto y se fue hacia la derecha de la barrera, evitándola. Tras pasar la barrera un recoge pelotas a 10 metros de la portería se agachó pensando que el balón le iba a dar y el portero ni se movió pensando que iba fuera, como la mayoría de los espectadores en aquel estadio, pero el balón acabó dentro de la red, consiguiendo una curva casi imposible de repetir.



La trayectoria del balón ha sido estudiado por muchos científicos.

martes, 24 de diciembre de 2013

Maradona vs Inglaterra


El Argentina-Inglaterra, el 22 de junio de 1986 en el Estadio Azteca de la Ciudad de México ante 114.580 espectadores en los cuartos de final del Mundial de México del 86, sería el partido más recordado de Diego Armando Maradona.

Antes de comenzar, el encuentro ya estaba marcado por la rivalidad de ambos países tras La Guerra de las Malvinas.
El partido contó con dos de los goles más recordados en la historia del fútbol, conocidos como La mano de Dios y el Gol del Siglo.
Según Valdano, en aquel partido Maradona mostró las dos formas de ser del argentino, en el primer gol mostró la trampa o la picardía y en el segundo mostró el virtuosismo y la habilidad.




La mano de Dios

Uno del los goles más polémicos de la historia de los mundiales se produjo en el minuto 51, el empate a cero seguía en el marcador, el defensor inglés Steve Hodge rechazó erróneamente el balón hacia su propia portería y, en una pelota disputada entre Maradona y el portero inglés Peter Shilton, el jugador argentino levantó su puño izquierdo que impactó en el balón y lo envió a la red haciendo el 1-0.
El gol se llama de esta manera por las declaraciones de Maradona, tras terminar el partido y ser preguntado si lo había metido con la mano; “Lo marqué un poco con la cabeza y un poco con la mano de Dios”

Tras 19 años y mucha polémica Diego admitió que había tocado el balón con la mano:
  "A veces siento que me gustó más el de la mano, el primero. Ahora sí puedo contar lo que en aquel momento no podía, lo que en aquel momento definí como La mano de Dios...Qué mano de Dios, ¡fue la mano del Diego!".








El Gol del Siglo

Además de La mano de Dios, ese día, se marcaría el mayor gol jamás visto en la historia del fútbol.
Minuto 55', Maradona acababa de marcar el primer gol del partido, Argentina necesitaba un gol más para cerrar el partido casi por completo y Diego lo sabía, recibió el balon en su propio campo y regateó a seis jugadores (Glenn Hoddle, Peter Reid, Kenny Sansom, Terry Butcher, Terry Fenwick y al portero Shilton) y marcó gol. Los espectadores no se lo podían creer, no podían contener su euforia, acababan de presenciar una obra de arte, acababan de presenciar El Gol del Siglo.
El Gol del Siglo (denominado así por la FIFA) es una maravilla de jugada de un genio de otro mundo. El gol es una combinación de velocidad, regate, agilidad y lucha. Es un gol de otro planeta que solamente alguien como Maradona puede marcar.
Es, en definitiva, el mejor gol de la historia.




"El segundo gol creo que es el gol soñado. Yo en Fiorito soñaba con algún día hacer un gol así en la canchita, con el Estrella Roja, y lo hice en un Mundial, para mi país y en una final".
                                                                             Así recordaba Diego el Gol del Siglo







Resultado Final: Argentina 2-1 Inglaterra



"Era como ganarle a un país, no a un equipo de fútbol. Si bien nosotros decíamos, antes del partido, que el fútbol no tenía nada que ver con la Guerra de las Malvinas, sabíamos que habían muerto muchos pibes argentinos allá, que los habían matado como a pajaritos...Y esto era una revancha, era recuperar algo de las Malvinas. Estabamos defendiendo nuestra bandera, a los pibes muertos, a los sobrevivientes..."
                                        Así comentaba Diego aquel partido contra Inglaterra años después

Argentina acabaría ganando aquel Mundial y Maradona acabaría recibiendo el Balón de Oro.

 

lunes, 16 de diciembre de 2013

Un gol épico

Un gol más que épico, el FC Porto ganó la liga tras vencer a su máximo rival en la penúltima jornada marcando gol en el minuto 93. No hay mejor forma de ganar un campeonato.

jueves, 12 de diciembre de 2013

El taconazo de Madjer


“Pudo haber sido el mejor gol que yo haya visto, si él no hubiera mirado hacia atrás”.

Estas son las declaraciones de  Pelé sobre el gol de Rabah Madjer en la final de la Copa de Europa de 1987 (ahora  Champions League). En esa final se enfrentaba el todopoderoso Bayern de Munich de Matthäus  y el F.C. Porto de Paulo Futre. Aquella final fue disputada en el histórico Estadio Prater (el segundo estadio que más finales de Copa de Europa ha albergado), actualmente conocido como Estadio Ernst Happel (en honor al mítico jugador y entrenador austríaco).
El Bayern disputaría la final sin su capitán, Klaus Augenthaler (sancionado) y el Oporto la disputaría sin su delantero Fernando Gomes (lesionado).



Ante 62.000 espectadores el árbitro belga, Alexis Ponnet, pitaba el inicio del partido. Sin su delantero estrella, Artur Jorge (entrenador del conjunto portugués), planteó el partido con cinco centrocampistas para intentar frenar a los alemanes. El Bayern dominaba el encuentro sin problemas, el Oporto se limitaba a defender y, cuando tenía la pelota, a pasar en corto entre sus centrocampistas. En el minuto 26 llegó el primer gol del partido, lo marcaba Ludwig Kögl de cabeza tras un saque de banda. El Bayern se adelantaba en el marcador, 1-0.
Con el gol de Kögl, el Oporto tenía que buscar generar ocasiones de gol, Artur Jorge ordenó que Paulo Futre se pusiera en punta. Pero de poco sirvió, el Bayern tuvo tres ocasiones de gol más por ninguna del Oporto antes de que el árbitro señalara el descanso.
Los pronósticos se cumplían, el Bayern ganaba y ganaba bien, sin complicaciones.

Tras el descanso se esperaba más de lo mismo, dominio del Bayern y juego táctico de Artur Jorge. Pero no, en la segunda parte el conjunto blanquiazul reaccionó. Con la entrada de Juary y la salida de Quim, Futre volvió a la banda. El Oporto consiguió adormecer a un rival muy, demasiado, confiado. Tras tener controlado el encuentro dieron con la clave y atacaron. Futre en el minuto 65, con una jugada increíble al puro estilo Maradona, en la que dejó atrás a Nachtweih, Eder y Pflügler, dio el primer aviso. 



A Artur Jorge le gustaba lo que estaba haciendo su equipo, pero seguían sin marcar, y por eso dio entrada al centrocampista Antonio Frasco retirando al central Augusto Inácio. Con dos cambios hechos, los dos ofensivos, el Oporto iba a por todas, necesitaba marcar, y así fue. En el minuto 77 marcaba Rabah Madjer de tacón con su famoso 'tacón de Alá'. Los blanquiazules marcaron tras un centro forzado de Juary que remató Rabah Madjer de tacón, un gol magnífico, un taconazo increíble. Para muchos fue el mejor gol en una final de Copa de Europa. 



Tras el gol, el Oporto se vino arriba y en el minuto 81, el mejor jugador árabe de todos los tiempos, Madjer, dejó sentados a Winklhofer y Nachtweith, y centró el balón al área. Ahí se encontraba Juary, que la empujó para dar la victoria a su equipo. El brasileño y sus compañeros celebraron el gol por todo lo alto. Los 20.000 aficionados portugueses que ahí se encontraban no se lo podían creer, acababan de remontar el partido al todopoderoso equipo alemán. 



El técnico alemán, Udo Lattek, no dio el partido por perdido y mandó salir al centrocampista Flick, dando entrada al delantero danés Lars Lunde; pero de poco sirvió.
El árbitro pitó el final del partido y en cuadro portugués enloqueció, acababan de ganar su primer título europeo. Todo gracias a Rabah Madjer y esos tres minutos de éxtasis. 




El gol de Madjer: